IMPACTO MEDIOAMBIENTAL:
Las centrales hidráulicas funcionan gracias al depósito de agua que proporciona un embalse. El impacto sobre las aguas deriva del impacto mismo de la construcción y operación del embalse, con la consiguiente alteración del régimen de las aguas en la cuenca de que se trate. El funcionamiento de las centrales hidráulicas supone el movimiento de grandes masas de agua, lo que puede acarrear alteraciones en el caudal de los ríos y problemas en los ecosistemas acuáticos y de ribera, cuando las poblaciones animales y vegetales son incapaces de adaptarse a los cambios bruscos de disponibilidad de agua, altura de la capa freática, concentración de nutrientes y oxígeno, etc. Los embalses también suponen alteraciones en los ecosistemas acuáticos, pues crean grandes masas de agua de movimiento lento, lo que puede provocar déficit de oxígeno en las agua profundas, problemas de sobrecrecimiento de la materia orgánica (eutrofización), etc. Además, los embalses ocasionan la detención del flujo natural de materiales en el curso del río, llenándose poco a poco de sedimentos, en un fenómeno conocido como aterramiento. También suponen una barrera al movimiento de las especies animales que habitan en el curso del río.Los embalses también causan grandes alteraciones en el paisaje: cambian el microclima de la zona en que están construídos y pueden suponer el desplazamiento forzado de pueblos enteros cuyas casas y cultivos se encuentran en la zona a sumergir.
TECNOLOGÍAS CORRECTORAS:
Mejorar las resistencia de las centrales y su seguridad para evitar inundaciones.